Diariamente perdemos agua, sea con la diuresis, al sudar o incluso respirar. Por ese motivo, es necesario recuperar el líquido que perdemos. En situaciones de enfermedad, fiebre, inflamación, vómitos y diarrea hay que aumentar la ingesta de líquidos.
La sensación de sed es el mecanismo que utiliza nuestro cuerpo para avisarnos que estamos deshidratados, por eso no hay que esperar a tener sed para beber.
A medida que el cuerpo envejece, disminuye la sensación de sed. Crear el hábito diario de beber agua o líquidos durante todo el día.
Importante mantener correcta ingesta hídrica, es decir, mantener la hidratación
La regulación de la tensión arterial, la temperatura o bien la digestión son funciones básicas que precisan una buena hidratación.
Consejos:
Beber uno o dos vasos de agua al levantarse.
Evitar largas exposiciones al sol, sobre todo, durante las horas de más calor del día.
Beber agua antes de que se produzca la sensación de sed.
Beber, como mínimo, 2 litros de agua diarios. Cantidad que debe ser superior si se realiza ejercicio físico o si hace mucho calor. ¡Ojo! Las bebidas con cafeína o alcohol no son sustitutas del agua, ya que actúan como diuréticos y pueden causar pérdidas de agua al aumentar las ganas de orinar.
Aumentar la ingesta de agua junto a lo toma de medicamentos.
Tener una dieta rica en frutas y verduras, ya que son alimentos con alto contenido en agua y recomendables para una correcta hidratación.
En el caso en el que el anciano tenga disfagia o dificultad para tragar, hay que introducir líquidos con diferentes texturas. Con la ayuda de gelatinas, aguas gelificadas o comida texturizada se puede lograr una correcta hidratación y alimentación de la persona mayor evitando atragantamientos o tos cada vez que la persona quiera comer.
Las gelatinas y las aguas gelificadas se convierten en las perfectas aliadas para que la persona con disfagia esté hidratada, porque en su mayoría son agua y ofrecen una consistencia resbaladiza, que evita que el alimento líquido quede retenido en la garganta, y cohesiva, que permite que no se divida o fragmente fácilmente ni que se pegue en el paladar. Además, proporcionan una sensación de frescor en la boca, muy agradable y refrescante en los meses de verano.