La alimentación en residencias de personas mayores

Hoy en día en España, más de 270.000 ancianos viven en residencias de personas mayores y muchos de ellos son personas dependientes. Las residencias de personas mayores son una gran opción que valorar para aquellas personas de cierta edad que necesitan cierto grado de dependencia y mayor cuidado. En estos centros, se les ofrece atención y servicios que en muchos casos serían difíciles de obtener. Unos de los servicios que primero se preguntan en cualquier centro suele ser sobre la “comida” y por ello, para mejorar la estancia y salud de los residentes, la alimentación es clave y hay que tenerla en cuenta.

La vejez es un proceso natural que todos experimentamos en algún momento de nuestra vida. Ello da lugar a cambios a nivel corporal, modificando las reservas de grasa y músculo. Además, los ancianos suelen tener mayor predisposición al desarrollo de patologías. Por ejemplo, muchos tienen diabetes, hipertensión o colesterol, y a ello se le suman problemas de masticación o de digestiones pesadas. Otros, suelen padecer problemas mentales, enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. En muchas ocasiones, una correcta alimentación puede ayudar a disminuir los síntomas de la enfermedad, retrasar su deterioro o los efectos secundarios de la medicación. Así, se mejora la calidad de vida. autonomía de los ancianos e incluso el estado de ánimo.

La oferta gastronómica y los menús ofrecidos en las residencias de personas mayores tienen que adaptarse a los gustos de los residentes, pero además cubrir sus necesidades nutricionales. Por eso, a la hora de la planificación de los menús los dietistas nutricionistas deben tener en cuenta los gustos y peculiaridades de cada centro para el desarrollo del menú basal, el cual se generarán el resto de los menús. De esta manera, se elaboran menús para: diabéticos, hipolipídicos, fácil masticación, protección renal, texturizados, triturados…

Dado que cuidar la alimentación es un factor clave en las residencias de las personas mayores, es básica e imprescindible la figura dietista-nutricionista en la unidad médica del centro. Sin embargo, su presencia no es obligatoria y en muchas residencias de personas mayores no aparece la figura del especialista de la alimentación. Por tanto, aunque no es obligatorio, existe una exigencia de las autoridades y de los familiares de residentes que los menús estén supervisados por un dietista-nutricionista.

Existen dos vías de trabajo en la que son muy útiles los dietistas nutricionistas en las residencias de ancianos. Primero como apoyo a cocina ayudando a: revisar y crear dietas, elaboración de fichas técnicas, pueden optimizar los procesos de producción de cocina reduciendo los costes de producción, almacenamiento de materias primas y los desperdicios, centros de la seguridad alimentaria del centro. Segundo participando en la valoración del estado nutricional de los residentes y contribuir con sus conocimientos al tratamiento de los pacientes que se encuentres en riesgo de desnutrición. En definitiva, los dietistas-nutricionistas pueden aportar calidad al funcionamiento del centro y son clave para el tratamiento y lucha de la desnutrición y sarcopenia en las residencias de personas mayores.

Bibliografía consultada:

La alimentación en las personas mayores. Generalitat de Catalunya

Alimentación y nutrición saludable en los mayores. Mitos y realidades. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.

Autoría:

Sophie Bernard (Dietista-Nutricionista y Farmacéutica)